miércoles, 9 de abril de 2008

Alberto Einstein y el tercio superior

Cuando uno debate sobre la globalización, la postura lacaniana sobre Freud, o la inmortalidad del mosquito, ante un feliz contraejemplo nunca falta alguien que dice (con aire triunfal, además): “Ah, pues. Esa es la excepción que confirma la regla”. Y, en esos casos, siempre me pregunté cómo es que un hecho o argumento que contradice una afirmación termina validando justamente el argumento que objeta.

Por ejemplo, hace poco, en una entrevista, el ministro de Educación, José Antonio Chang, tratando de demostrar que el tercio superior como principal requisito para el nombramiento de maestros es un método genial, dijo esto precisamente:

“Alguien por allí ha dicho que en el tercio superior no necesariamente están los mejores y citan a Bill Gates y a Albert Einstein. ¡Dios mío! Esas son las excepciones que confirman la regla. No hay forma racional de demostrar que los mejores están en los tercios inferiores. No podemos dar ventaja a la mediocridad”.

Según varias fuentes que he consultado, el error de la frase sería una mala traducción al español de la frase latina "exceptio probat regulam in casibus non exceptis". Copio de Wikipedia el artículo en cuestión, que ilustra bien el asunto:

La excepción confirma la regla es una frase que a menudo se utiliza de forma errónea en español. Su uso más común es refutar de forma poco seria los ejemplos que contradicen una afirmación excesivamente amplia ("Juan siempre llega tarde". "Eso no es cierto, ayer llegó a tiempo". "Claro, la excepción confirma la regla").
Existen dos significados atribuidos a la palabra "confirma" en esta frase:
"prueba" o "demuestra" (este es el significado con el que se utiliza habitualmente)
"verifica" o "pone a prueba"

La frase en latín de la que deriva es "exceptio probat regulam in casibus non exceptis", es decir, "la excepción confirma la regla en los casos no exceptuados". Se trata de un principio jurídico medieval, expresado en latín por ser la lengua culta de la época, cuyo significado es "si existe una excepción, debe existir una regla para la que se aplica dicha excepción". Se aprecia que el verbo "probat" tiene el significado de "demuestra la existencia" (y no "demuestra la corrección") de la regla mencionada.
Por ejemplo, una señal de tráfico con el texto "Prohibido aparcar los domingos" (la excepción) implica que se puede aparcar el resto de la semana (la regla).

Como veis, queridos niños, la mentada frase no debe ser utilizada así nomás, al garete. Lo que pretendió decirnos el ministro con la manida y mal utilizada frase es que, si aparece un genio (o dos o tres) en medio de una turba con notas mediocres, esto confirma que el resto sigue siendo mediocre (y por lo tanto incapaz para educar), cuando la intención que pretende el argumento es otra: que integrando esa masa de “inútiles” quizás haya gente cuya capacidad de trabajo e inventiva no se mide necesariamente con los patrones del primer puesto y la estrellita en la frente.

Ahora, la genialidad de dos o tres personas con bajo rendimiento académico tampoco significa que el grueso se salva. Si algún incauto pensó que este argumento convierte automáticamente a los mediocres en genios, pues anda tan equivocado como el ministro. Uno es mediocre hasta que demuestre lo contrario.

1 comentario:

Yo dijo...

Hermoso, C.B. (En inglés)
Igual al de la novela.
Canal 9, 8 de la noche todos los días jaja.