Las comparaciones, ya lo sabemos, son odiosas. Sobre todo si uno, desde su pulguienta realidad, vive mirando, aspirando a convertirse en miembro del primer mundo recalcando qué tienen ellos que no tenemos nosotros (aunque en ese caso puede ser más odioso el comparador). En fin, para usted que, sentado en una combi, se queja todos los días de su triste destino, le damos una pequeña muestra de por qué estamos tan jodidos (pero contentos). Nótese que nuestra versión nacional, a pesar de no tener ese malabárico talento, tampoco carece de pericia. Con mucho swing...
Policía británico
Policía peruano
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